Esta fundación
del tenista abrirá, a mediados de noviembre en Natzaret, un centro
socioeducativo para menores en situación de vulnerabilidad, en el cual prevé
atender en una primera fase a 40 menores procedentes de dicho barrio. Este se
caracteriza por ser uno de los barrios con mayor tasa de personas en situación
de exclusión social de la ciudad. Además, también se conoce por su aislamiento
físico, el gran estigma asociado a la droga y la degradación y el deterioro de
muchas de sus viviendas, así como el bajo nivel educativo de sus habitantes.
En este programa
se les ofrece a los niños, niñas y adolescentes un programa complementario a la
formación escolar. Dicho programa integral, incluirá tanto una vertiente
educativa y de refuerzo escolar, como otra deportiva, en la que el deporte y el
juego devienen instrumentos de inclusión social y de fomento de actitudes y
valores como el compañerismo, la responsabilidad, el esfuerzo o la igualdad.
Esta noticia me
ha impactado bastante porque veo que el deporte puede ser otra de las salidas
de la animación sociocultural. En clase hemos visto actividades relacionadas a
través del teatro y a través de los poemas; pero, ¿y en el deporte? Bien, las
personas tienen necesidades diferentes en medida que van creciendo. De este
modo, los niños y niñas han de disfrutar jugando y quemando energías, ya que es
lo que les pide el cuerpo. El deporte, por tanto, es una buena manera de
hacerlo y, mejor será, si a través de él inculcamos prácticas sociales en las
que se estimule la iniciativa y la participación de la comunidad de su propio
desarrollo y de la realidad en la que están integrados.
Con lo cual, veo
una gran oportunidad en el deporte para el desarrollo tanto de los niños y
niñas como de la animación sociocultural en ellxs.
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